jueves, 11 de septiembre de 2014

Información que protege en un Mundo Digital


 
La vida que viven ahora los niños y adolescentes no se asemeja en nada o en muy poco a la que vivieron sus papás. Todo ha cambiado, desde la manera de tomar clases, hacer tareas, relacionarse con los amigos, jugar, entretenerse, buscar y encontrar pareja, pero sobre todo, adquirir información.

Cada generación experimenta una brecha con su generación precedente; pero las nuevas generaciones han estado sujetas a un continuo cambio tecnológico, que a la postre, ha cambiado también su forma de vivir y ver la vida.

Hoy en día es casi imposible ver a un adolescente o pre-adolescente sin su teléfono inteligente. Si no lo tiene, es probable que esté haciendo hasta lo indecible para conseguir uno. Una vez que lo consigue, se volverá su amigo inseparable, su más preciada posesión que contendrá sus secretos, su imagen virtual y paradójicamente, su contacto con la vida real.


Y es que la “vida virtual” tiene su encanto, ya que la posibilidad de construirse una imagen virtual acorde a sus fantasías o aspiraciones  ejerce una poderosa atracción, pues permite superar las odiosas limitaciones reales.

Sin embargo, este nuevo mundo trae consigo numerosos riesgos para aquellos que no conocen sus reglas e implicaciones.  Y en esto, el mundo virtual es semejante al mundo real: existen rincones obscuros y voraces depredadores esperando encontrar una víctima para atacarla.

Proteger en esta situación de vulnerabilidad, es responsabilidad de los padres y es su obligación orientarlos y velar por su integridad, para mantenerlos a salvo en este mundo digital.

Numerosos estudios revelan tendencias alarmantes entre los pre-adolescentes y adolescentes en américa latina:

·         Acceso a contenidos inadecuados: pornografía, violencia…
·         Contactos con desconocidos potencialmente dañinos, en particular con acosadores sexuales pero también poner en contacto con la violencia o las drogas
·         Pérdida de privacidad y uso inadecuado de su imagen
·         Adicción, aislamiento y uso abusivo
·         Ciberbullying
·         Suplantación de identidad o identidad falsa

Por otra parte, el identificar los riesgos y saber conducirse apropiadamente en línea, puede ser una gran diferencia en la vida de los jóvenes. Por tal motivo es preciso capacitarlos, asistirlos y supervisarlos de manera continua, al menos durante el tiempo en que desarrollan sentido común y adquieren buenas prácticas de navegación.

Concretamente, por ahora debemos enfocar en conocer y saber evitar los siguientes riesgos que tienen un carácter generalizado:


Adicción a Internet

·         A Los videojuegos

·         A la pornografía

·         A las apuestas en línea

·         A los salones de conversación (chat rooms)

Este problema de adicción es más común en hombres, adolescentes y niños; aunque está presente en ambos géneros y en un amplio rango de edades.

Los motivos que causan la dependencia son muy variados y a veces imperceptibles: Baja autoestima, soledad, inseguridad, problemas sentimentales, de trabajo, el aburrimiento por falta de otras actividades, desórdenes psíquicos como depresiones, complejos o neurosis por mencionar algunas.

Los tratamientos para estos casos, están enfocados a estimular la interacción social de los niños y de los jóvenes que padecen de esta problemática y también enseñar a los padres la manera de “desconectar” a sus hijos de la computadora sin que se generen discusiones y conflictos.

FOMO: Miedo a perderse algo (Fear Of Missing Out)

Los teléfonos inteligentes, las redes sociales y la disposición de señal de internet han facilitado la aparición de un nuevo trastorno: La consulta incesante de mensajes en el celular. Existen personas que revisan cerca de 400 veces al día sus cuentas de correo o redes sociales.

Esta trilogía desencadenó un nuevo problema: el miedo a perderse algo (FOMO por sus siglas en inglés), que provoca que se esté revisando todo el tiempo las notificaciones de las redes sociales o del Whatsapp. Las razones pueden ser varias, pero entre los jóvenes muchas veces se debe a la competencia que se genera para ver quién se la está pasando mejor, quién está en lugar más divertido o con la persona más agraciada o famosa. El deseo de no verse superado o reflejar una vida gris o aburrida, es por lo que se pretende mostrar en línea una vida un tanto pretenciosa.

Sexting

El sexting consiste en el envío de contenidos de tipo sexual (principalmente fotografías y/o vídeos) producidos generalmente por el propio remitente, a otras personas por medio de teléfonos móviles

Los jóvenes prácticamente de todo el mundo han encontrado en esto una nueva manera de "divertirse": fotografiarse parcial o totalmente desnudos con el móvil y enviar mensajes con las imágenes o publicarlas en el muro de su red social. Esta tendencia como muchas otras de este tipo, eventualmente conduce a la humillación, al daño de la imagen personal y al chantaje.

Éste fenómeno, que mezcla dos factores explosivos: adolescentes y nuevas tecnologías,  ha puesto de relieve una importante cuestión legal: ¿Se trata de una simple travesura, o es más bien pornografía infantil?.

CiberBullying

En los últimos años el país ha experimentado un aumento en la violencia a través de computadoras y dispositivos móviles. Este tipo de acoso, al igual que el acoso físico también es muy dañino, pues la víctima sufre en silencio y sufre el escarnio y humillación de sus pares.

En México, el 32 por ciento de los usuarios del Internet cuentan con una edad entre 12 y 18 años, quienes son potenciales víctimas de sufrir algún tipo de violencia a través de Internet, lo que se ha denominado como Ciberbullying.

La principal característica de esta conducta es que suele prolongarse en el tiempo y va dirigida a una única persona (compañero o compañera) con el objetivo de desprestigiarla, humillarla o  amenazarla.

Esta situación genera un conflicto muy grave que no sólo afecta al niño acosado sino también al entorno en el que se mueve.

Grooming

Este es el nombre con el que se conoce a uno de los peligros más graves a los que se exponen los niños y adolescentes cuando se conectan al internet. Se trata de un acoso con fines sexuales primordialmente aunque no exclusivamente, en el que el agresor es un adulto quien se hace pasar por niño o joven, para contactar al menor a través de las redes sociales, ganar su confianza e inducirlo a que cometa algún acto obsceno para después chantajearlo. Con el grave riesgo que esto implica para su integridad y la de su familia.

Inside Kids
 
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